En muchas ocasiones dudamos de si ponernos hielo o calor en nuestras lesiones, tras preguntar a médicos y físios, llegamos a las siguientes conclusiones:
Tan el calor, como el frio son formas de mejorar y aliviar nuestras lesiones musculares y articulares, en este artículo intentaré explicar en que momento son mejores unos u otros, o incluso ambos.
Empezaremos con los beneficios del frio, que en nuestro caso lo más recomendable serán los geles frios o si no tenemos el hielo:
La crioterapia se la terapia basada en el uso del frio, los efectos más destacados son:
¿Cómo aplicar el frio o hielo tras una lesión?
Un mínimo de 10 minutos y un máximo de 20-25 minutos de aplicación, si lo sobrepasamos produciremos un efecto contrario al deseado ( según el efecto oscilante definido por Lewis y Clake, por el cual tras ese tiempo vuelve a producirse vasodilatación) y si no llegamos a esos 10 minutos tampoco conseguiremos el efecto vasoconstrictor deseado.
Recordad que nunca hay que aplicarlo directamente sobre la piel, siempre tenemos que colocar algún tipo de tejido o material para evitar los posibles quemaduras por el efecto del frio en la piel.
El frio está recomendado para:
Respecto al calor, lo más importante es que en general debemos aplicarlo después de 48 horas de haberse producido la lesión.
Los beneficios del calor o termoterapia, son:
•La combinación de frio y calor, o contrastes térmicos se trata de ir cambiando entre frio y calor,
Beneficios de los contrastes tèrmicos:
Reabsorción de edemas por alternancia entre vasodilatación y vasoconstricción.
Siempre aplicable después de 72 horas de haberse producido la lesión.
La forma de aplicación y las temperaturas adecuadas son periodos cortos de inmersión en agua fría (13-18°C) con otros más largos de inmersión de la zona en agua caliente (38-40°).
Por ejemplo esta secuencia de un total de 13 minutos: