El debate entre desarrollo muscular y condición cardiovascular lleva ya mucho tiempo en los gimnasios. En el deporte del culturismo o la musculación, el ejercicio aeróbico es una espada de doble filo, por un lado nos ayuda a quemar grasa corporal y a la vez intenta sacar a los músculos su contenido proteico. Aunque esta afirmación es cierta, el deportista inteligente puede sacar partido a los beneficios del trabajo aeróbico sin comprometer sus progresos en crecimiento muscular. La actividad cardiovascular, o aerobica, fortalece el corazón y potencia la capacidad del cuerpo para enviar a los músculos oxígeno y nutrientes. Mantener un sistema cardiovascular sano reduce los riesgos de problemas cardíacos y condiciones asociadas con la obesidad, la actividad aerobica también utiliza el combustible de los depósitos de grasa, sobre todo al realizarse a niveles entre bajos y moderados (80% o menos de las pulsaciones máximas).
Los beneficios del entrenamiento aeróbico son notables, pero la creencia de que éstos consumen proteína muscular ha llevado a muchos culturistas a limitar o incluso cesar todos los entrenamientos cardiovasculares. Durante la actividad aeróbica, pueden utilizar como energía cantidades pequeñas de proteína, aunque la concepción errónea de que agotan significativamente los depósitos musculares se relaciona más con los hábitos dietéticos pobres. Los que hacen dieta y se exceden con la actividad aeróbica no se dan cuenta de que una buena parte de su reducción de peso puede deberse a pérdidas musculares. La proteína muscular se convierte en una fuente primordial de combustible cuando hay una ingestión calórica inadecuada. Cuando el cuerpo no consigue la energía suficiente, debe sacarla de las reservas acumuladas, sobre todo en forma de grasa, pero también de proteína, gran parte de la cual se encuentra en el músculo. Es evidente que quienes hacen dieta tienden a perder músculo, y por qué los culturistas no deben temer al entrenamiento aerobio. El único momento de preocupación es antes de las competiciones, cuando se restringe la ingestión calórica y se incrementa la actividad aeróbica. El entrenamiento cardiovascular durante este período ayudará en la síntesis de la proteína muscular, y las pérdidas pueden llegar a compensarse con una consumo proteico mayor.
Treinta minutos de actividad aeróbica de intensidad moderada efectuada casi a diario es recomendable para conseguir beneficios cardiovasculares que nos ayudarán mantener la salud y a mejorar en cualquier deporte, incluído el culturismo.
Aunque esto pueda parecer demasiado, no tiene por qué hacerse de una sola vez. Quince minutos de aeróbicos como calentamiento antes de un entrenamiento y otros quince después para que vaya sangre fresca a los músculos y ayude a eliminar subproductos del metabolismo anaeróbico es sólo un ejemplo de las interminables combinaciones aeróbicas que podemos incorporar en nuestro entrenamiento. Recordad que el culturismo no sólo se refiere al desarrollo de unos músculos más grandes, sino también a la formación de un físico mejor y más sano.