Algunas veces en el gimnasio se nos pueden presentar lesiones del tipo de las contusiones. Saber como actuar ante ellas es requisito indispensable al dirigir un gimnasio, al menos actuar parcialmente, ya que el médico o el ATS tienen la última palabra.
En las contusiones la piel permanece íntegra, gracias a su elasticidad, y las lesiones producidas son subcutáneas. El agente mecánico, al actuar sobre la superficie del cuerpo puede hacerlo en una dirección perpendicular actuando con presión o en dirección oblicua actuando por tracción, en ambos casos, la piel gracias a su elasticidad y almohadillado del tejido celular subcutáneo, puede resistir sin solución de continuidad, mientras que la diferencia de resistencia de otros tejidos internos hace que se lesione. |
Contusiones de primer grado: Se caracterizan por afectar solamente al tejido celular subcutáneo, produciendo dolor por la irritación de las terminaciones sensitivas y pequeñas extravasiones de sangre por rotura de los capilares; Esquinosis por transparencia de una mancha variable de forma y extensión, cuyo dolor es al principio morado, para evolucionar al verde y al amarillo, lo que vulgarmente se conoce con el nombre de cardenal. Tras la sangre extravasada, pocos días después desaparecen.
Contusiones de segundo grado:
Ante la acción más intensa del agente traumático no sólo se rompen los capilares, sino también vasos de mayor calibre, cuya sangre en vez de difundirse se colecciona, formando el hematoma, que deforma y abulta la piel, conociéndose vulgarmente por el nombre de chichón, y que al tacto da lugar a la fluctuación.
La evolución del hematoma es variable:
a) Puede desaparecer al cabo de unos días de reabsorción.
b) Puede organizarse alrededor una capa, delimitándose e impregnándose de sales de calcio, calificándose y formando un quiste.
c) La sangre coleccionada puede infectarse, originando un absceso. No sólo pueden lesionarse los vasos sanguíneos, sino los linfáticos, dando lugar a un derrame linfático, caracterizado por una colección líquida que no adquiere tensión y que no tiene tendencia a reabsorberse.
Este tipo de derrame se produce generalmente en sitios donde la piel dura y resistente puede desplazarse sobre un plano aponeurótico extenso y resistente, como suele ocurrir en la cara externa del muslo y en la región lumbar. Este tipo de derrames serosos se llama de MorellLavalle, por ser este autor quien primero lo descubrió.
Síntomas acompañantes de todas las contusiones es siempre el dolor.
Contusiones de tercer grado: Están caracterizadas por traumatismos intensos que originan lesiones por despegamientos, con lesiones de necreosis y mortificación de tejidos profundos, y que dado el carácter de este artículo nos limitaremos a citar solamente.
Las contusiones de primer grado son lesiones mínimas que curan solas, y en las que pueden aplicarse compresas de agua fría o alcohol, tintura de árnica, etc.
En las contusiones de segundo grado caracterizadas por el hematoma, hemos de procurar, a ser posible, prevenir la formación del mismo mediante un vendaje ligeramente compresivo y la aplicación de hielo.
En el caso de que el hematoma se haya formado y no tienda a reducir su volumen, se procederá con las más escrupulosas normas de asepsia a vaciar el mismo por aspiración, seguido de la aplicación de un vendaje compresivo, para evitar que vuelva a producirse.
En los hematomas enquistados se procederá a su extirpación como si se tratase de un quiste y en los infectados se tratará como un absceso.
En los derrames serosos de MorellLavalle que no tienen tendencia a reabsorberse, se harán punciones evacuadoras, seguidas de un vendaje compresivo.
El tratamiento de las contusiones de tercer grado corresponde más bien al de las heridas.
El próximo mes seguiremos hablando sobre el tema «Tratamiento de lesiones».