Si un dentista tiene que trabajar en otra profesión, es prueba evidente de que en el área de odontología no ha logrado desarrollarse lo suficiente para lograr el reconocimiento de la sociedad.
Por ello, exija un profesional competente, que posea certificados probatorios de que está debidamente formado. Que exhiba certificados de participación en cursos de capacitación dictados por instituciones de prestigio y preferentemente con aval universitario.
Las instituciones más convenientes son aquellas que se dedican a la formación de instructores, ya que en ellas se fomenta el estudio y el intercambio entre alumnos y docentes.
Infórmese a través de entrevistas y libros de autores serios, buscando la modalidad de Yôga que más le agrade. Tenga en cuenta que el Yôga existe desde hace más de cinco mil años. El más antiguo es el SwáSthya, que sistematizado por el Maestro DeRose rescata la modalidad técnica, sensorial, dinámica y no mística de su origen. De esta raíz, surgieron más de 400 modalidades que se encuentran hoy en el mercado.
En la actualidad el Yôga ha pasado a ser parte de la new age, y son muchas las personas que se autodenominan especialistas o incluso Maestros, sin tener la menor formación para ejercer la profesión con idoneidad.
Mantenga una entrevista personal previa con su futuro instructor; observe si su propuesta es coherente con su forma de vida, en razón de que, como ocurre en todas las profesiones, es posible que haya un mensaje que no guarda relación con los hábitos de vida de esa persona. Por ejemplo: no se concibe que un instructor de cualquiera de las líneas de Yôga fume, beba alcohol, coma carne de cualquier tipo o consuma drogas.
El Código de Ética del Yôgin posee preceptos muy claros
que deben ser observados en la vida cotidiana y no solamente en algunas oportunidades
públicas.
Por ello, comience bien: exija un profesional.
Una filosofía que se transmite como un arte. Entre las distintas modalidades
de Yôga que existen, el Yôga Antiguo es el que rescata el concepto
de entrenamiento corporal en secuencias coreográficas, lo cual atrae
a las personas jóvenes y dinámicas.
A comienzos del siglo XX, los arqueólogos se sorprendieron al desenterrar
las ciudades que integraban la llamada Civilización del Valle del Indo
-que floreció hace 5.000 años-, y comprobar su sorprendente desarrollo.
Los moradores tenían un elevado sentido estético y cultivaban
una íntima conexión con la naturaleza y las artes, destacándose
entre ellas la danza.
En ese contexto cultural aparece la figura de Shiva, rey de los bailarines y arquetipo del yôgi. Es muy popular la figura de Shiva Natarája en esculturas, danzando dentro de un círculo de fuego, con largos cabellos en movimiento. Sus varios brazos representan el constante e intenso ritmo de su danza cósmica.
Shiva creador del Yôga, Shiva Rey de los bailarines..., es fácil reconocer entonces la relación del Yôga Antiguo con la danza. Por ello, podemos decir que el Yôga es una filosofía práctica que es transmitida como un arte. Entre las distintas modalidades de Yôga que existen, el Yôga Antiguo es el que rescata el concepto de entrenamiento corporal en secuencias coreográficas, lo cual constituye uno de los elementos que más atrae a las personas jóvenes y dinámicas.
Además, encuentran en la práctica muchos elementos que son necesarios
para mejorar en todos los aspectos. Mudrá, gestos reflexológicos,
simbólicos y magnéticos. Pránáyáma, técnicas
respiratorias para ampliar y captar la bioenergía. Kriyá, técnicas
de limpieza orgánica. Ásana, técnicas corporales, que combinan
fuerza, resistencia, flexibilidad, tonicidad muscular y un gran desarrollo de
la conciencia corporal. Yôganidrá, técnicas de descontracción
para obtener un relax conciente y biológico.
Samyama, concentración, meditación e hiperconciencia.
Como se puede ver, esta filosofía utiliza variadas técnicas para
conseguir efectos muy importantes en el practicante. Pero sugerimos que quien
se acerque al Yôga no lo haga en busca de beneficios, sino motivado por
el simple placer de practicar, como lo hace un artista al crear su obra.
Consejos del yoga
Hoy el Yoga es un instrumento que la sociedad tiene a su disposición.
Conocerlo y llevarlo a la práctica le permitirá vivir una vida
más plena, más saludable y armónica. Veamos unos consejos
para aplicar en la vida cotidiana.
“Cuando una persona se siente bien, exterioriza fácilmente los
cambios producidos en su interior, se la ve bien, feliz”, afirma David
Lifar, de la fundación Indra Devi.
Consejos sobre Yoga:
- Si trabajan en oficinas o viven en departamentos, utilizar más las escaleras, en lugar del ascensor, porque además de fortalecer los músculos de las piernas nos ayuda a mantenernos en estado.
- En los días de sol es recomendable caminar bajo los árboles, respirando por la nariz (inhalando y exhalando por ésta) tratando de tomar la frescura y la energía que los árboles irradian.
- Si trabajamos junto a una computadora, evitar comer frente a ella, darse
un tiempo para masticar cada bocado de comida con calma
Yoga y alimentación
Un factor muy importante que se combina con la práctica del yoga
es la alimentación:
Se recomienda comer lo más sano posible, esto es incluir en la dieta
diaria verduras, cereales integrales, frutas frescas de estación y aumentar
la ingesta de soja (que tiene las mismas propiedades de la carne pero sin las
toxinas de ésta).
Se sugiere, además, disminuir el consumo de alcohol, el del cigarrillo
y no abusar del café, del té, del azúcar blanca, de la
sal, de los condimentos y de los alimentos enlatados