Cuando acepté escribir sobre este tema, lo hice porque siempre he tenido algunos fuertes sentimientos personales contra cualquier cosa artificial en nuestras dietas. En el mundo ideal, podríamos comer todo orgánico, como era hace menos de cien años atrás.
Sin embargo, en este menos que ideal mundo, al menos desde un punto de vista nutricional, encontramos procesadores, fabricantes y proveedores de alimentos determinados a impresionar a sus inversores con grandes ganancias finales a través de cualquier medio que nuestro sistema de libres empresas permite. Desafortunadamente, tener en cuenta la nutrición no está primero en la lista de prioridades en la mayoría de las más populares empresas involucradas en la fabricación, distribución y venta de productos alimenticios. Diría que el atractivo por el gusto (sin consideración por la nutrición) el cual lleva al consumo, está primero.
Apenas me di cuenta de eso al investigar el Aspartamo que iba a meterme en un nido de avispas virtual. Existen más de 6.000 páginas Web, de acuerdo al sitio Web de la Información Verdadera sobre el Aspartamo, dedicadas a discutir, revelar, reprender, y defender este producto no nutritivo que se ha infiltrado en un inmenso segmento del mercado de alimentos.
El anhelo de reducir el contenido calórico de nuestras comidas, con el objeto de controlar el peso, y el deseo de aquellos en dietas restringidas de azúcar (primordialmente diabéticos) de disfrutar el sabor de lo dulce, son las dos fuerzas conductoras en este mercado.
Uso la frase “no nutritivo” porque los edulcorantes artificiales no proveen nutrición alguna a nuestras dietas ni el sabor de lo dulce es una necesidad fundamental para una salud óptima. Todos los gustos son adquiridos y para aquellos con el “diente dulce” van a descubrir que si aumentan el consumo de proteínas es sus dietas, el “diente dulce” se volverá mucho menos poderoso.
Aspartamo es la combinación artificial de dos aminoácidos que se producen naturales –Fenilalanina y Ácido Aspártico. Cuestionando la eficacia y seguridad de este producto es el tema de la mayoría de las 6.000 páginas Web. Este breve artículo nunca podría explicaros ni proveeros la información adecuada para inteligentemente representar una conclusión válida acerca de la seguridad y eficacia de este producto. Por lo que voy a flirtearles con algunos puntos de ambos lados de la controversia y a dejaros algunas referencias para una exploración adicional.
Una de las razones de usar Aspartamo es la búsqueda de reducir calorías y en consecuencia perder o mantener el peso corporal. Sin embargo, hay evidencia, discutida por los fabricantes por supuesto, que la sensación de dulzura provista por los edulcorantes artificiales, incluido el Aspartamo, pueden a través de una conexión “neural/humoral” inducir al páncreas a secretar insulina sin importar los niveles de azúcar en sangre. La insulina es la hormona de almacenaje e inhibe la movilización de grasa, venciendo así la meta original de perder grasa. Con elevada insulina sin combinarse con los niveles de azúcares en sangre, recibes un incremento en el apetito y un antojo por carbohidratos. Esto ha sido reportado por diferentes investigadores y por supuesto negado por los estudios de las compañías fabricantes.
La otra mayor crítica es que el componente de Fenilalanina se degrada a metanol el cual rápidamente se convierte en formaldehído y se acumula en las células. El formaldehído acumulado puede volverse tóxico para las células nerviosas con el tiempo. La industria alega que los niveles de metanol en cuestión están bien por entre los límites seguros reconocido por la FDA (Administración de Alimentos y Drogas) en los Estados Unidos y la Cámara de Protección de la Salud de Canadá.
La literatura reporta los miles de problemas de salud desde desórdenes de comportamiento o neuronales hasta el colapso del sistema inmune conduciendo al cáncer, artritis, esclerosis múltiple, mal de Parkinson, esclerosis lateral amiotrófica y Alzheimer. Otros informan dolores de cabeza, ataques epilépticos, alergias y cambios de ánimo. Tales alegaciones son negadas por la industria como muestran sus estudios.
La investigación independiente muestra problemas con los estudios de Aspartamo. Un análisis de 164 estudios médicos supervisados por colegas realizados por el Dr. Ralph Watson de la Universidad Northeastern de Ohio encontraron que de los 90 estudios no patrocinados por la industria (independientes), 83 (92%) identificaron uno o más problemas con el Aspartamo. De los 74 estudios patrocinados por la industria del Aspartamo todos (100%) afirmaron que no fueron hallados problemas con dicha sustancia. Pequeño consuelo para los consumidores.