Esta es una vieja controversia para la que hasta hace bien poco no había respuesta, pero eso ha cambiado.
Durante décadas ha habido quien aseguraba que los músculos crecían por hipertrofia, es decir por el aumento del diámetro de sus fibras, pero no por el incremento de su número. Para apoyar su tesis se valían de algo que resultaba razonable y es que la dotación genética venía determinada por nuestros progenitores y como no podíamos escogerlos había que conformarse con su legado. Para reafirmar la veracidad de su afirmaciónn se mostraban aquellos músculos con formación deficiente, como unos gemelos altos, o bíceps cortos y se aludía que a pesar de los años intentando mejorarlos jamás llegaban a ser gemelos o bíceps largos y plenos, lo que demuestra que su configuración genética es invariable.
Otros sin embargo, han venido afirmando que con el entrnamiento adecuado y el paso del tiempo es posible aumentar la dotación genética de un músculo y, por consiguiente, el número de fibras muisculares que lo componen. Y para ello aludían los atletas que lograban transformar drásticamente sus cuerpos y sus capacidades atléticas con el entrenamiento continuo.
LOS ESTUDIOS.
Como en tantos otros aspectos, de la actividad humana, la última palabra la tiene la ciencia, que es la única que puede determinar mediante estudios rigurosos si algo funciona en relalidad o no.
En el caso del crecimiento de los músculos éste se puede originar por ambos procesos, la hipertrofia y la hiperplasia.
Ls hipertrofia hace referencia al aumento del volúmen de las fibras musculares, que se produce como consecuencia de dos acciones subsiguientes, la reparación del daño fibrilar originado por la tensión y roce entre ellas, que han de contraerse y estirarse bajo la carga de un peso. Esa acción prodeuce unos microtraumatismos y daño fibrilar que tras efectuarse la reparación las vuelve más fuertes y gruesas.
La segunda razón es que durante las contraccíones intensas las fibras se vacían de los substratos energéticos, como el glucógeno, el agua intracelular, etc. y tras el periodo de descanso y recuperación el efecto compensatorio lleva a que las células almacenen niveles superiores de substratos que antes del episodio de vaciado.
Hasta no hace mucho se consideraba que los músculos crecían únicamente por la hipertrofia y que la hiperplasia no era posible, es decir que nacíamos con un número determinado de fibras musculares y moríamos con las mismas, o sea que el volúmen de los músculos se debía únicamente al aumento del tamaño de las fibras existentes, no al incremento de las unidades de éstas.
Sin embargo, ahora se ha podido contrastar que también es posible aumentar la cantidad de fibras que componen un músculo, lo cual abre la puerta a un desarrollo mayor aún.
El mayor problema que existía para determinar si en un músculo desarrollado, como el de un culturista, se había producido su desarrollo por la hipertrofia o por la hiperpladia es que para llegar a saberlo había que realizar una biopsia, tomar una muestra de tejido, para contar el número de fibras del mismo. Si en un músculo con pocas células, como el tibialis, ese de la parte anterior e inferior de la pierna, se encuentran alrededor de 160.000 fibras, imaginad la dificultad de medición del bíceps, que por ejemplo tiene entre 3 y 4 veces más fibras.
Sin embargo, los científicos llegaron a un sistema más sencillo, medir el diámetro de las fibras de un músculo para calcular cuantas pueden componerlo, en función de su volúmen.
En una comparación se descubrió que los culturistas y powerlifters presentaban una circunferencia de barazo un 30% mayor que el grupo de control, pero sin embargo, tras recoger una muestra de las fibras musculares de cada uno se descrubió que en realidad el tamaño de éstas era muy similar.
En otro estudio se compararon las fibras del hombro de un nadador con las de otro grupo sedentario y se observó que aunque el tamaño del hombro del atleta era superior, curiosamente las fibras tipo I y tipo II eran menores que las del control, lo que llevó a la conclusión de que si el tamño de las fibras era similar, pero el músculo era notablemente más grande es porque el músculo entrenado había logrado aumentar el número total de fibras.
Ante estos resultados se puede llegar a pensar que puesto que se detectaron más fibras en los músculos entrenados, que es precisamente por la hiperplasia y no por la hipertrofia que éstos desarrollan.
Pero si eso fuese cierto también significaría que tras años de entrenamiento las fibras de los culturistas no han crecido de tamaño, puesto que las pruebas pusieron de manifiesto que eran poco más o menos iguales que las de los que no se entrenamban.
La explicación es que en algunos músculos el entrenamiento continuo como el de la natación puede aumentar su número de fibras y por lo tanto aumentará su volúmen, antes como consecuencia de la proliferación celular que como consecuencia de un aumento del tamaño de éstas, o hipertrofia.
AL GRAN DESARROLLO POR AMBOS MÉTODOS.
Llegados a este punto me parece que es obvio que si se desea obtener músculos lo más grandes posible y sabemos que es viable hacerlos crecer tanto por la hipertrofia como por la hiperplasia, procuremos sacar partido de ambos a la vez.
¿Por qué limitarse a un sólo método cuando se pueden utilizar ambos?.
Sería de necios no hacerlo, porque eso puede suponer un mayor y más rápido aumento del volúmen