El culturismo ha aportado técnicas de indudable valor para la puesta en forma de millones de personas, y para la rehabilitación médica de miles de pacientes, a lo largo y ancho del planeta.
Pero hay que reconocer que la práctica obsesiva de este deporte también puede ser perjudicial. Muchos practicantes y competidores compensan sus problemas emocionales con una apabullante coraza muscular.
Hace falta un foro en el que podamos hablar sin tapujos de estas compensaciones psicológicas. Os invito a participar.